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La naturaleza de Dios en el Credo

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Esta nota tiene por objeto analizar y explicar la triple naturaleza de Dios, dentro de la oración que resume en todo lo que creemos los católicos, que es el Credo. Dentro de sus oraciones buscaremos las afirmaciones que hacen alusión y refuerzan las ideas sobre la triple naturaleza divina.
Porque los párrafos que componen al Credo hacen constante mención a la triple naturaleza del Creador, es decir, Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Trinidad es el término empleado para significar la doctrina central de la religión cristiana: la verdad que, en la unidad del Altísimo, hay Tres Personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, estas Tres Personas siendo verdaderamente distintas una de la otra.
Pero empecemos por el principio, ¿qué es el Credo? Es una oración recitada durante la liturgia cristiana desde finales del siglo V, en la que los creyentes confirman su fe en Dios y en los dogmas de fe cristianos.
Relata la historia de Jesucristo, de cómo empezó todo, y de cómo Dios entregó a Su Único Hijo para la salvación del mundo.
El párrafo que expresa “Creo en Dios Padre, todopoderoso, creador del Cielo y de la Tierra…”, refiere al hecho de que se trata de un ser absoluto e infinito. Al decir Padre es creador de todos los seres vivos, presente en toda su existencia.
Por su parte, cuando dice “…creo en Jesucristo, su único hijo, nuestro Señor…”. En primer lugar, “Jesucristo” está formado por las palabras Jesús y Cristo.
Jesús viene del hebreo ‘Yeshua’, que quiere decir: ‘Yahveh salva’, o ‘el Señor salva’. Cristo es la traducción griega del hebreo ‘Mesías’ (Mashiaj), que significa ‘ungido’. En Israel se ungía con aceite la cabeza de quien era nombrado rey.
“Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo”, Jesús por ser Hijo de Dios es autosuficiente y por ello concebido por su naturaleza espiritual que se encuentra en todas las cosas: el Espíritu Santo. En ese sentido, Dios Padre, mediante su Espíritu, se concibe a sí mismo. “Nació de Santa María Virgen…”, a través de María, Dios toma forma humana a través del niño de Nazaret. Ahora bien, ¿Quiénes son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?
En el Concilio de Letrán IV del año 1215 se establece que “el Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede”.
El Credo habla de la condición divina y humana de Jesús, en el párrafo que dice: “…al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso”.
La condición divina y humana de Jesús, es la unión hipostática. De acuerdo con la teología cristiana, la unión entre el Verbo de Dios y una naturaleza humana en la única persona que es el Hijo de Dios.
En definitiva, el Credo afirma la Fe, a través de sus sentencias deja clara la totalidad de Dios, mediante su existencia por sí misma, autosuficiente y creadora (Dios Padre), su acción en el mundo visible e invisible a través del Espíritu Santo y la salvación del Hombre, en Jesús con su sacrificio trascendental en la Tierra.

Análisis del Credo
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